Un vidente es un individuo que dispone de una capacidad sobrenatural para anticipar el futuro o descubrir aquello que no se conoce.
We use qué: In front of a noun, verb, or verb phrase when we don't give any possibilities to select from. Often, we've been asking an open up-ended dilemma that could be answered any way the speaker chooses.
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Es importante destacar que la clarividencia no es exclusiva de unos pocos elegidos, sino que todos tenemos la capacidad de desarrollarla en mayor o menor medida.
/ El adivino no ha mejorado la condición de mi enfermedad. / La duración de mi enfermedad el vidente no pudo indicarla.”
Predecir el futuro ¿es posible?: Una actividad practicada por los videntes es la de predecir el futuro, este put up habla de ello.
Dado que estas facultades son imposibles de comprobar a través del método científico, puede decirse que el vidente se las atribuye a sí mismo sin que se pueda demostrar fehacientemente la validez de su afirmación.
Luego están los videntes que afirman que cualquiera puede ser adivino, pero ellos deben de tener una afinidad especial con el mundo místico, donde deben estudiar y practicar. Por lo que también puede influir en el empeño y motivación de la persona el desarrollar habilidades extrasensoriales.
Dicho esto, muchos de los escritos sobre los antiguos druidas celtas afirman que esta clase de pueblos eran similares a los videntes de otras culturas antiguas, pero también desempeñaban funciones similares a las de maestros y jueces.
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El vidente en la mitología tiene una variedad de habilidades o poderes. Un vidente de la mitología griega pudo conocer verdades que ni siquiera aquellos que estuvieron involucrados en los hechos conocían. Por ejemplo, el vidente Tiresias sabía que Edipo mató a su padre cuando ni siquiera Edipo sabía que lo había hecho.
Heródoto, uno de los grandes escritores de la historia de la antigua Grecia, incluso menciona a un vidente conocido como Tisameno de Elis como uno de los factores clave en la victoria de Esparta, en la batalla de Platea en 479 a.C.
Desde este punto de vista, si realmente existiesen los videntes no deberían tener inconveniente en ser examinados para que la ciencia validase de una vez por todas la legitimidad de sus habilidades extrasensoriales y el mundo entero comenzara a creer en ellos.
Lo cierto es que, los videntes existen y a la vez la forma en que cada uno se ha convertido en esta figura no es algo que suceda de la noche a la mañana o algo que este por sentado.